Especie muy escasa en la Península Ibérica que vuela, por debajo de los 1100m, siempre muy localizada en las provincias de Lérida, Gerona, Navarra y Guipúzcoa.
Presenta dos formas muy diferentes: la vernal: levana, con una sola generación durante los meses de mayo y junio (a la que corresponde el ejemplar de las imágenes de abajo) y la estiva: prorsa que vuela en dos generaciones, de julio a septiembre y es mucho más oscura, con una banda de manchas blancas discales en ambas alas (en la primera fotografía). Son tan distintas que en tiempos se consideraban dos especies diferentes.
Sus orugas, que tienen costumbres gregarias, son negras al principio con la parte ventral ocre, pero luego van adquiriendo más tonalidad ocre por el desarrollo de espinas ramificadas de ese color. Se alimentan de diversas Urticáceas y especialmente de Urtica dioica y U. urens. Las crisálidas, de color pardo-grisáceo y y con prominencias puntiagudas, se fijan por el cremáster, siendo invernantes las de la segunda generación.
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