Los HUEVOS de los lepidópteros tienen formas muy variadas: esféricos, elipsoidales, ovoidales, troncocónicos, aplanados, etc.
El MICROPILO está situado normalmente en el polo superior y el CORION o envoltura externa quitinosa puede ser lisa o esculpida. Los micro-relieves que presenta son típicos de cada especie.
Los colores de los huevos son muy variables: blanco, amarillento, verde, pardo o negro y generalmente van oscureciendo según el grado de maduración.
Lo más normal es que sean bastante miméticos, presentando colores muy similares a los de los lugares donde han sido depositados.
Su tamaño oscila entre unas décimas de milímetro a 3mm.
Las hembras pueden poner un número de huevos muy variable de 10 a más de 2.000 y suelen fijarlos sobre la planta nutricia de las orugas, normalmente en el envés de las hojas.
Algunas especies los depositan en grupos pequeños, otras en grupos muy numerosos y la mayor parte de ellas aislados.
Por lo general van situando los huevos uno a uno sobre la superficie, aunque hay casos como el de los Satíridos en que las hembras ponen los huevos en vuelo sin posarse sobre la planta.
Los huevos se fijan al sustrato por medio de una secreción de las GLÁNDULAS COLETÉRICAS.
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